Los desagües de plomo constituyen un problema grave, que ya hemos tratado en artículos anteriores, y que ha de ser solucionado realizando una reforma en la instalación. Como la información que se tiene acerca de este tema es limitada, en este artículo profundizaremos un poco más en él y nos preguntaremos cuál es la manera más adecuada de afrontar la necesaria reforma que permita modificar la instalación y deshacernos de los desagües de plomo que, como ya vimos, contaminan el agua y resultan, por tanto, perjudiciales para la salud.
Normalmente, los desagües de plomo nos los encontramos en viviendas de una antigüedad superior a 30 años, y van acompañados de una instalación descolgada. Hoy en día, las viviendas de nueva construcción tienen todas sus instalaciones en la propia vivienda; sin embargo, las viviendas antiguas con una instalación descolgada, tienen los desagües debajo del propio forjado de la casa, en la planta inferior, es decir, en el techo del vecino de abajo.
Lo más fácil para poder realizar la reforma de la fontanería, es trabajar directamente desde la vivienda inferior, haciendo una serie de calas en el falso techo, para tener buen acceso a la instalación y poder realizar la modificación fácilmente. Debido al inconveniente que se le causa al otro propietario, esta opción, por desgracia para los reformistas, no suele ser la opción utilizada.
Si tenemos suficiente cota, y el espesor de plastón hasta el forjado nos lo permite, podríamos plantear realizar la nueva instalación de desagüe por encima de la existente, sin tener que levantarla, haciendo una conexión entre ellas cerca de la zona que baja atravesando el forjado.
Esta solución además de no ser posible la mayoría de las veces, no es la más adecuada.
Necesitamos una mejor solución a las condiciones que tenemos, la cuál es la que ejecutamos con más frecuencia. Consiste en levantar la instalación original de plomo, y realizar una instalación nueva de PVC. Esta operación ha de ejecutarse con sumo cuidado, pues necesitamos conectar la instalación nueva a la existente en el piso de abajo, realizando unos injertos o enganches. Se trata de un trabajo complejo, ya que el fontanero tiene un hueco muy pequeño para maniobrar y a la vez tiene que tener cuidado de no mojar al vecino de abajo. Este procedimiento es el más adecuado, ya que, si algún día este decidiera reformar su baño, podríamos cambiar la instalación completa desde el enganche ejecutado, sin tener que levantar el suelo de nuestro baño.
INSTALACIÓN DE DESAGÜES DE PLOMO